Seguimos con los balances. Como todas las instituciones, Anin cerró un año duro desde lo económico pero que contó con el apoyo de los socios que realizan aportes voluntarios para sostener el funcionamiento del centro y la entrega de alimentos a las familias. De todos modos, la pandemia impulsó la modernización de medios de pago, ferias virtuales y contactos online que mantuvieron en plena actividad al centro de T. Lauquen